Tuesday, May 09, 2006

A Propósito del Evangelio de Judas

Por Pablo Isaias Vicioso



En estos días en las mayorías de los círculos intelectuales se ha estado comentado sobre el ya famoso “Evangelio de Judas” un papiro de 26 páginas, por su estilo de escritura los expertos consideran que el mismo fue escrito alrededor del año 300 d.c, encontrado en Egipto en 1978, que señala que Judas no fue un traidor que vendió a su Maestro por unas treinta monedas, sino un discípulo privilegiado al que comisiona la tarea de entregarlo en sacrificio por la humanidad.

Según se explica este documento se encuadra en la tradición de los gnósticos, quienes enfatizan en la importancia del conocimiento y la liberación del alma. Por tal razón, veían en el cuerpo una cárcel para lo espiritual. Por eso al entregar, Judas, a Jesús a la muerte, facilita su salida del cuerpo y la liberación de la divinidad.

La inspiración e inerrancia de las Sagradas Escrituras nos ha hecho ver que existen Libros Sagrados, que tienen a Dios por autor, en cuanto fueron escritos bajo la moción del Espíritu santo. Dios es el autor principal de dichos libros, y, en consecuencia, no pueden contener ningún error, por lo que si bien es cierto que el hallazgo del referido documento constituye un éxito en si mismo, cuando este se pasa por el filtro del canón bíblico se queda corto y no llega a ser considerado como libro sagrado.

En ese sentido, entiendo que debemos quedarnos con el relato que nos hacen los evangelios del Nuevo Testamento, respecto al tema de Judas y al mismo tiempo no negarle al documento su gran valor histórico que tiene debido a que contribuye a ampliar el conocimiento del movimiento gnóstico de esa época.

En el relato realizado por el evangelista Juan en el capitulo 12, se nos cuenta que Maria, la hermana de Lázaro a quien Jesús resucito de los muertos, tomó una libra de perfume de nardo puro de mucho precio, y ungió los pies de Jesús, y los enjugó con sus cabellos; y la casa se llenó del olor del perfume, (Jn. 12:3) Más adelante, narra el evangelista que Judas Iscariote, pregunta al ver esa acción de Maria “Por qué no fue este perfume vendido por trescientos denarios y dado a los pobres?. El discípulo amado, aclara que la pregunta comentario Judas la hacia, no porque se preocupara por los pobres, sino porque era ladrón, y teniendo la bolsa a su responsabilidad, sustraía de lo que se echaba en ella.

Es interesante destacar este punto no muy comentado de Judas, que se refiere a que este robaba parte de lo recaudado, amén de su condición de traidor, revelada en todo el Nuevo Testamento, el cual revela que la codicia lleva a Judas ha entregar a su Maestro.

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